Los médicos y maestros tienen un lugar claro en las misiones, pero ¿qué hay de los consultores en la gestión de desechos? Para averiguar más, conversamos con Ben, un consultor para la gestión de desechos, radicado en el Reino Unido, y quien ha estado usando sus habilidades profesionales en una serie de viajes de corto plazo a Mongolia.

¿Qué fue lo que despertó tu interés en las misiones de corto plazo?

Mi familia. Mis dos hermanas mayores hicieron viajes misioneros de corto plazo, lo que me inspiró a considerar hacer lo mismo. Después, fui en un viaje a Budapest con OM y lo disfruté, con lo que adquirí el gusto por las misiones.

Mi esposa y yo también nos sentimos llamados a usar nuestras habilidades profesionales para la gloria de Dios. En Isaías 61:1 hay un versículo importante para nosotros, pues muestra el llamado a los quebrantados de corazón y a los pobres de espíritu. Sentimos que nuestras habilidades no podían quedarse solo en nuestra sociedad o para nosotros nada más, sino que debíamos compartirlas. También habíamos recibido profecías y creíamos que Dios nos decía que tenía un lugar para nosotros en su misión.

Ese lugar se hizo más claro para mí con el tiempo. En mi profesión, yo veo los desechos como un recurso y no como una carga, aunque yo creo que eso aplica a nivel espiritual, también. En el principio, Dios dijo que todo en su creación era ‘muy bueno’, lo que quería decir que probablemente no estaba llena de basura. Por eso, parte de traer el reino de Dios a la ‘tierra como en el cielo’ significa cuidar de la creación. Y eso significa deshacerse bien de los desechos.

Oramos y platicamos de las opciones y nos dimos cuenta de que Dios podía usar nuestras habilidades en su misión sin que fuéramos misioneros tradicionales, de tiempo completo, así es que nos acercamos a varias organizaciones para ver cómo podíamos servirlos de corto plazo.

¿Por qué ir a Mongolia?

‘¡No fue mi primera opción!’, ríe Ben. ‘¡Sri Lanka habría sido lindo y calientito! Todas las otras organizaciones con las que hablamos habrían aceptado a mi esposa y usado sus habilidades de enseñanza, ¡pero no sabían qué hacer con gestor de desechos! Pero en Mongolia, OMF tenía un lugar para ella y un problema de desechos identificado y tenían la capacidad para usarme.’

¿Cómo fue el primer viaje?

‘Inicialmente fui por tres semanas para ver qué oportunidades había para usar mis habilidades. Era el final del invierno, por lo que fue una época dura para estar allí y hubo algunas cosas frustrantes, pero mi impresión general fue positiva y una que decía que sí había y una cantidad sorprendente de cosas que yo podía hacer.’

¿Cómo han funcionado los viajes posteriores y qué tipo de cosas has estado haciendo?

‘A estas alturas, he ido tres veces a Mongolia, cada viaje de unas tres semanas, porque desde un punto de vista práctico, es una cantidad de tiempo que puedo tomar de mi trabajo con facilidad ¡y mi esposa e hijo me lo autorizan!

He estado involucrado en ayudar a crear y desarrollar tres proyectos de gestión de desechos que han demostrado ser muy exitosos y que están apoyando a un talentoso evangelista local y a su ministerio de recuperación del alcoholismo. Solían quemar carbón para la calefacción en sus edificios, pero me di cuenta de que había una gran cantidad de desperdicio de cartón y piñones disponibles. Al compactar estos productos ricos en carbono para formar ladrillos se podía crear una alternativa más accesible y limpia que el carbón.

Una vez comenzaron a hacer estos ladrillos, agotaron rápido el cartón del área local. Entonces, montar el primer servicio formal de recolección para reciclado en el área parecía una buena manera de conseguir más carbón y otros productos reciclables. Así, una mejor gestión de desechos reduce la contaminación ambiental, mejora el reciclaje, ayuda al ministerio a ser financieramente sostenible y brinda empleo a quienes están en el programa, permitiéndoles avanzar. Todo es parte del regalo de la nueva vida que Jesús les ofrece a los que están en el programa.

El tercer proyecto que ayuda al ministerio de recuperación convierte la grasa animal, que abunda en Mongolia, en jabón. En mis visitas posteriores he estado ayudando a desarrollar este proyecto. Al añadir aceites esenciales, el jabón se ha convertido en un producto que los turistas podían comprar. Estas ventas incrementan los ingresos del proyecto, pero los aceites esenciales son caros y hay que importarlos, por lo que en mi próximo viaje tengo planeado llevarles un kit para destilar, de modo que ellos puedan destilar los aceites de productos locales.

El equipo local, de largo plazo, hace la mayoría del trabajo visitando lugares en estos proyectos, pero yo llego con regularidad y ayudo a desarrollar los proyectos con el equipo o la capacitación y ellos siempre me pueden escribir correos electrónicos pidiendo consejo. Definitivamente hay oportunidades para alguien como yo con habilidades profesionales de llegar como una especie de ayuda de ‘corto y largo plazo’ y apoyar a los trabajadores de largo plazo.’

¿Cómo ves que tu trabajo se integra al ministerio más amplio del evangelio?

‘Hace poco leí el libro de Michael Frost titulado Sorprenda al mundo. Analiza cómo una parte de la misión es bendecir, o fortalecer, a otros. Así es que yo veo que mi ministerio es una bendición por los programas (no solo con su creación) para las personas que dirigen los programas en Mongolia, sino para quienes están en esos programas. No me veo a mí mismo como un evangelista como J.John que se paraba ante miles de personas, pero puedo equipar y bendecir a las personas, como el evangelista local que dirige los proyectos, al usar mis habilidades.’

¿Qué consejo le darías a alguien que está considerando servir en un viaje con Serve Asia?

‘Si lo está considerando, ¡solo hágalo!’

___________