No se sentía real estar parado delante de tan grande estatua. Tenia los sentimientos econtrados y no encontraba las palabras para expresarlos.
Durante uno de mis viajes a la ciudad de Aomori, pude visitar la estatua de bronze más grande del Buda sentado que hay en Japón. Tiene una altura más allá de 20 metros y se encuentra en el templo Seiryu cerca de la ciudad.
Yo había escuchado del budismo toda mi vida pero nunca se había sentido tan presente como el momento en el cual visité el templo. Ver la estatua en persona realmente me recordó lo diferente que es este país. Es dificil expresar como me sentía al ver algo tan diferente a lo que estoy acostumbrado al crecer en un pais latinoamericano.
Más cristianos necesitan venir a ver este país. Cada quien tendrá una respuesta diferente al ver a tantos locales buscar consuelo y paz de formas que nos cuesta comprender.
El mundo no es cristiano. Es importante que entendamos que aún tenemos un papel en esta misión. Tal vez no para confrontar pero sí para compartir lo que Dios ha hecho por nosotros.
Tal y como el salmista nos enseñó: «Te alabaré, Señor, con todo mi corazón; contaré de las cosas maravillosas que has hecho.» (Salmo 9:1 NTV)
Oremos para que más personas respondan al llamado y todos podamos contar de las cosas maravillosas que Dios ha hecho en nuestras vidas a todo el mundo en todo idioma y nación.
Por Luigi González
Un guatemalteco en Japón