¿Por qué cuidar la Creación?

En todas las cartas del apóstol Pablo, el poder y alcance de las buenas nuevas de Jesús es inmenso y radical. Trae paz y reconciliación con Dios y entre judío y gentil, y como escribió Pablo a los colosenses, la sangre de Jesús fue derramada en la cruz para que a través de él Dios reconciliara todas las cosas consigo mismo. Mientras que en Romanos 8, vemos que el propósito de Dios es redimir la totalidad de la creación, que ‘aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios’. (Romanos 8:19)
Estos cuantos ejemplos demuestran que el evangelio de esperanza de Pablo es mucho más amplio que simplemente la salvación personal. Y Cristo nos llama a participar en esta obra para restaurar la totalidad de su creación al vivir y proclamar, personificar y convertirnos en buenas nuevas a las naciones.
Inspirados por estas buenas noticias tan universales, OMF procura compartir las buenas nuevas de Jesucristo en toda su plenitud. Estos folletos detallan cómo se ve todo ello en una área significativa: el cuidado del mundo de Dios.

Pero, ¿qué tiene todo esto que ver con Asia Oriental? A través de nuestro trabajo en Asia Oriental también disfrutamos de la increíble belleza y biodiversidad de esa parte del mundo de Dios, mientras que presenciamos cómo los eventos climáticos extremos, la deforestación, la contaminación de ríos y océanos y otros problemas ambientales afectan desproporcionadamente a los más pobres y a los más vulnerables de la sociedad. Es una responsabilidad global para la Iglesia en el mundo entero pero se resume en que las iglesias locales cuiden de su área local. Es una expresión del amor por el Dios que hizo el mundo y por el prójimo, que depende de él.